AAIC – Noticias en breve 1 – La APS2 y la tasa de p-tau217 detectan la EA en la atención primaria y secundaria

Por Lucy Piper, reportera de medwireNews

medwireNews: Los marcadores sanguíneos basados en las tasas de amiloide-β y (p)-tau217 fosforilado tienen una elevada precisión diagnóstica para predecir la enfermedad de Alzheimer (EA) en los pacientes de atención primaria y secundaria, según sugiere una investigación realizada en Suecia.

La puntuación de probabilidad de amiloide (APS, por sus siglas en inglés) 2 combina la tasa de tau217 fosforilada y no fosforilada en plasma con la tasa de amiloide-β 42 y amiloide-β 40 en plasma, explicó Oskar Hansson cuando notificaba los hallazgos en la Conferencia Internacional 2024 de la Alzheimer’s Association, celebrada en Filadelfia, Pensilvania, EE. UU.

En un análisis de lote único, este biomarcador identificó con precisión la patología de la EA (positividad de amiloide-β y tau en el líquido cefalorraquídeo [LCR]), basándose en un punto de corte predefinido de especificidad del 90 %, en el 91,5 % de los pacientes de atención primaria y en el 87,7 % de los pacientes de atención secundaria, con valores predictivos positivos y negativos que oscilaban entre el 87,9 y el 91,4 % y entre el 87,4 y el 91,7 %, respectivamente.

Se observó un nivel de precisión similar cuando se midió únicamente la tasa de tau217 fosforilada y no fosforilada en plasma.

Los resultados se basan en los datos de 1213 pacientes: 515 del estudio BioFINDER en atención primaria y 698 de las Clínicas de la Memoria del Hospital Universitario de Skåne o del Hospital de Ängelholm. Los participantes (52 % hombres) tenían una edad media de 74,2 años y el 23 % presentaba deterioro cognitivo subjetivo, el 44 % deterioro cognitivo leve y el 33 % demencia. La tasa de positividad amiloide fue del 53,6 % en la cohorte de atención primaria y del 58,0 % en la cohorte de atención secundaria, y la patología de la EA estaba presente en el 50 % de los pacientes de cada grupo.

La mayoría de los pacientes presentaba múltiples comorbilidades, incluido entre un 16,9 y un 26,2 % con enfermedad renal crónica.

Además del análisis de lote único, que se realizó en 307 y 300 de los pacientes de atención primaria y secundaria, respectivamente, los investigadores también realizaron análisis prospectivos en los que se tomaron mediciones a los pacientes cada 2 semanas durante un periodo de 1 año en el caso de los pacientes de atención primaria (n= 208) y de 4 años en el caso de los pacientes de atención secundaria (n=398).

La APS2 identificó a los pacientes con patología de la EA con una precisión del 88,9 % en los pacientes de atención primaria y del 91,0 % en los pacientes de atención secundaria. Los valores predictivos positivos fueron del 87,8 % y el 91,3 %, respectivamente, y los negativos del 90,0 % y el 90,6 %. De nuevo, la medición de la tasa de p-tau217 por sí sola mostró unos niveles de precisión similares.

Hansson destacó el valor de utilizar estos biomarcadores frente a no utilizarlos en el procedimiento diagnóstico habitual.

En un análisis en el que se comparó el uso de la APS2 y la tasa de p-tau217 para identificar la patología de la EA en comparación con el diagnóstico que hacían los médicos de atención primaria y los especialistas en demencia sin su uso, los resultados mostraron que la APS2 y la tasa de p-tau217 tenían una precisión del 89,1 % al 91,8 % en los pacientes de atención primaria y secundaria. Esto contrasta con las precisiones del 71,4 % de los especialistas en demencia y del 58,0 % de los médicos de atención primaria, esta última “no era significativamente distinta al azar”, según Hansson.

Subrayó que “esto no es un indicio de que los médicos de atención primaria no sean buenos en su trabajo, sino que se debe a que hoy en día no tienen acceso a buenas herramientas para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer”.

Los valores predictivos positivos respectivos fueron del 86,0 % al 91,7 % frente al 65,6 % y el 56,8 %, mientras que los valores predictivos negativos fueron del 90,1 % al 96,9 % frente al 80,7 % y el 58,8 %.

Cuando el equipo realizó comparaciones para identificar la EA clínica (evaluación clínica completa y confirmación de LCR/TEP) en pacientes con deterioro cognitivo leve o demencia leve, los resultados fueron similares. El APS2 y la tasa de p-tau217 tuvieron una precisión del 90,5 % al 91,4 %, mientras que la precisión fue del 73,4 % para los especialistas en demencia y del 61,3 % para los médicos de atención primaria que no utilizaron información sobre biomarcadores.

Hansson observó que la precisión de los biomarcadores sanguíneos era constante en los distintos grupos cognitivos y cuando utilizaban un enfoque de dos cortes que se había empleado en las pruebas del líquido cefalorraquídeo.

Se basa en una sensibilidad y especificidad del 95 %, con resultados entre ambos denominados de “riesgo intermedio”, que indicarían la necesidad de realizar más pruebas de LCR o TEP.

La precisión del APS2 y de la tasa de p-tau217 para identificar la patología de la EA en los pacientes de atención primaria y secundaria osciló entre el 91,0 % y el 93,5 %, los valores predictivos positivos entre el 92,0% y el 96,2 %, y los valores predictivos negativos entre el 90,1 % y el 92,5 %.

Hansson señaló lo bajos que eran los valores intermedios, del 4 al 13 % entre los pacientes de atención primaria y del 6 al 11 % entre los pacientes de atención secundaria.

Concluyó que los hallazgos demuestran “que hay una gran necesidad de estos biomarcadores y podemos mostrarnos sumamente optimistas al disponer ahora de estas herramientas”.

Sin embargo, añadió que se necesitan más evaluaciones para ver cómo el uso de estos biomarcadores afecta a la atención clínica y modifica el tratamiento de los pacientes, y que es “imprescindible obtener más directrices para integrarlos con éxito al ejercicio clínico habitual”.

El estudio se publicó simultáneamente en JAMA.

medwireNews es un servicio independiente de noticias médicas proporcionado por Springer Healthcare Ltd. © 2024 Springer Healthcare Ltd, parte del grupo Springer Nature

AAIC24; Filadelfia, Pensilvania, EE. UU.: 28 julio – 1 agosto

https://aaic.alz.org

JAMA 2024; doi:10.1001/jama.2024.13855

https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2821669